Aumento de fallecimientos entre personas sin hogar en Gijón: colectivos sociales alertan de una situación “desoladora” agravada por el frío

La ciudad de Gijón vive días de enorme preocupación tras el hallazgo de varios fallecimientos de personas sin hogar en la vía pública: un hombre encontrado el pasado sábado en un cajero de la plaza del Carmen, otro en La Calzada semanas antes y una tercera persona bajo el viaducto de Carlos Marx. Estas muertes consecutivas han encendido todas las alarmas sobre el grave incremento del sinhogarismo y el impacto directo que tiene en la salud y la supervivencia de quienes viven a la intemperie, especialmente en los meses más fríos.

Los colectivos sociales coinciden en describir la situación como “desoladora” y advierten de la vulnerabilidad extrema de estas personas. Desde Mar de Niebla, Irma Benito —responsable del área de inclusión— recuerda que “vivir en la calle es de las peores cosas que te pueden pasar”, subrayando que hace una década los fallecimientos eran “puntuales”, mientras que hoy se han vuelto más frecuentes. Explica además que el proceso para acceder a un recurso de alojamiento es lento, con listas de espera que generan un “efecto embudo” que deja a muchos sin opciones.

Rocío Álvarez, codirectora de la entidad, incide en la necesidad de una mayor concienciación social y en que cualquiera podría verse abocado a esta situación si fallan las redes de apoyo. Llama a reforzar los recursos, actuar con empatía y visibilizar a un colectivo habitualmente ignorado.

Desde el Albergue Covadonga, su directora, Elena Suero, lamenta que esta “realidad triste” crece cada año. Señala que los recursos asistenciales están llenos y que confluyen factores como la salud mental, la precariedad o la falta de vivienda, que llevan a muchas personas a dormir al raso. Advierte además de que la sociedad suele evitar mirar de frente este problema.

La Cocina Económica también ha hecho un llamamiento urgente para recoger mantas y ropa de abrigo, mientras Cruz Roja activa su campaña de ola de frío cuando las temperaturas bajan de cinco grados, repartiendo mantas, bebidas calientes y apoyo básico.

Las entidades coinciden: es urgente reforzar el acompañamiento, ampliar recursos específicos y actuar de manera coordinada —desde salud, servicios sociales y vivienda— para evitar que estas tragedias sigan repitiéndose.